La localidad madrileña de Villaconejos funda una comunidad de aprendizaje en la que los padres también enseñan
La clase de tres años ha terminado rebozada en harina y sabiendo más gracias a sus educadoras, con las que han cantado; a madres y abuelas con las que han medido azúcar y amasado roscos; a tías y hermanos mayores que han jugado al corro de la patata; a padres con quienes han compartido desayuno con chocolate; al grupo folclórico Limón y Miel, que ha bailado jotas y explicado qué son unas castañuelas. La Casa de Niños de Villaconejos, en Madrid, es una comunidad de aprendizaje, lo que significa que todo el pueblo está invitado a participar en la educación de sus 55 alumnos de uno a tres años: desde el electricista que viene a enseñar por qué se enciende una bombilla, al frutero que invita a un picoteo sano. ( Ver más... )
REPORTAJE de ELENA SEVILLANO en El País - 30/06/2008